Ensayo sobre la ceguera es la décima novela de José Saramago, publicada en 1995, y junto a Todos los nombres, editada dos años después, supuso el salto de calidad definitivo que lo llevó a ser considerado merecedor del Premio Nobel de Literatura, honor que le otorgó la Academia Sueca en 1998.
‘Ensayo sobre la ceguera’ no es un ensayo, pero tampoco es una novela; al menos, no sólo una novela, sino un híbrido de ambos géneros que, fusionados, multiplican sus cualidades gracias al buen hacer del escritor luso. Aprovechando la cercanía entre el gallego y el portugués, escogí leerla en su idioma original, algo que aconsejo a todo el mundo, especialmente a mis paisanos: requiere cierto esfuerzo inicial y comenzar con lentitud, pero llegará un momento en que el cerebro te hará ‘click’ y a partir de ahí podrás disfrutar del inmenso placer de leer a Saramago en su lengua materna. La traducción española, publicada por Alfaguara en 2001, está llevada a cabo por Pilar del Río, mujer del escritor portugués.
La novela (que esta vez no os voy a destripar) aborda el caos producido por una inédita plaga de ceguera repentina que abate a una ciudad no identificada. Dicha “ceguera blanca” (así es como la definen los afectados, pues lo único que pueden ver es un infinito manto lechoso) es científicamente inexplicable, incurable y muy contagiosa. Al comienzo de la pandemia, el gobierno intenta tomar cartas en el asunto, poniendo a los enfermos en cuarentena. Allí acabarán todos nuestros protagonistas y, a medida que la catástrofe avanza y el Estado se ve desbordado, sus condiciones irán empeorando hasta convertirse en un auténtico drama humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario